(...) Otro amigo, Pepe Mendoza, estupendo articulista en El Diario de Cádiz, me escribe para contarme la historia de su sobrino, Alejandro Arévalo Ramos. Alejandro tiene 18 años; nació con un 84% de discapacidad física (o de diversidad, que es la palabra que prefieren usar las personas pertenecientes a estos colectivos) y a los dos años le amputaron las dos piernas. Iba a decir que psíquicamente es igual que cualquiera (el año pasado terminó segundo curso de Bachillerato), pero es obvio que no es igual que cualquiera, sino muchísimo mejor: mucho más centrado, más fuerte, más maduro, más valiente, más sabio. Además de cursar los estudios que le corresponden, Alejandro se ha hecho un as de la natación. Hoy, pese a su juventud, es un reconocido deportista en el mundo paralímpico y ha ganado un buen puñado de medallas autonómicas y nacionales (...) Es una historia conmovedora y asombrosa, y lo más increíble es que en el mundo hay muchos más Alejandros de lo que nos creemos. Heroicos luchadores que cada día se ganan a pulso su existencia. Ver este rap enseña más e infunde más ánimos que media tonelada de libros de autoayuda. Porque para autoayudarse no hay como confiar en tu propia fuerza (...) O, como dice mi amigo Pepe Mendoza: hay que borrar del lenguaje la frase 'no puedo', “como nosotros hemos hecho desde hace 18 años”.
.....................................................................................................ROSA MONTERO EL PAÍS SEMANAL, 13 SEP 2013
.......................................................................................NEVER GIVE UP!
Amazing story. We should all learn from this boy and his parents. We must never give up. We must always do our best and try to make the most of everything that comes our way. Thanks for sharing this.
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